
Ya empezado el mes de septiembre y con el final del verano a la vuelta de la esquina, apetece echar la vista atrás y recordar los buenos momentos vividos durante las vacaciones, así que en este post os voy a enseñar algunas de las fotografías que tomé con la Minolta de mi padre y dos carretes Kodak Portra 400, repitiendo el método de viajar del año pasado durante mis vacaciones en Lisboa (haz click aquí para ver el artículo) .
En esta ocasión los viajes han sido más cortos, pero igualmente interesantes: Unos días en Altea con mis amigas, y una visita con mi pareja a Almagro, donde en esos momentos se celebraba su Festival Internacional de Cine. En Altea, aparte de disfrutar de la belleza del pueblo y comer como es debido, disfrutamos mucho de sus pequeñas playas y calas y de un mar cristalino como pocos había visto (además, hicimos snorkel y prometimos probar el buceo en otra ocasión). En Almagro, visitamos sus palacetes, la icónica plaza y el famoso Corral de Comedias, vimos una exposición sobre los efectos de sonido en el teatro en una iglesia desacralizada y visitamos un convento al que se podía acceder a todas partes.
A la hora de tomar las fotografías me fijé mucho en la luz, todos los días eran radiantes y allá donde la luz me parecía interesante sacaba una foto: el reflejo de la luz del sol en el mar, el agua cristalina, las figuras de bañistas a contraluz, el reflejo de una botella de cristal... hacer estos tipos de ejercicios nos vienen muy bien a la hora de aprender cómo se comporta la luz. ¡Espero que os gusten las fotografías!
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